“Si la mujer habla del dolor se le etiqueta doblemente de débil, cuando no es así, el dolor es el triunfo”: Irene X
Irene X se ha hecho con el primer Premio Espasa de Poesía por
su libro La chica no olvida, un
pequeño pero intenso poemario que aúna los más íntimos pensamientos de una
escritora a la que hemos visto crecer
entre poemas.
Para los que la conocimos con El sexo de la risa, su primer libro publicado, nos sorprende
encontrarnos a una Irene más calmada, más madura y sosegada, aunque su esencia
se respira en cada poema. Este libro habla de dolor, de rebeldía, de amor y de
la importancia de que una mujer se levante después cada golpe. Porque la chica no
olvida, la chica aprende del error y se hace más fuerte.
P: ¿Quién es la chica
que no olvida?
R: Me he
inspirado en mi. Pero si te fijas, desde hace unos años, las mujeres nos
estamos atreviendo a contar un montón de cosas que antes no contábamos: desde
pequeños dolores, trastornos alimenticios o conductuales, depresión, ansiedad,
hasta abusos sexuales, violaciones, y dolor en general. Poco a poco la mujer se
está atreviendo a contar todas esas experiencias y hablar de un dolor del que
antes no hablaba, porque la sociedad intenta poner a la mujer en el género
débil, entonces parece que si la mujer
habla del dolor se le etiqueta doblemente de débil, cuando no es así, el dolor
es el triunfo.
P: ¿Alguna vez te has
callado algo?
R: Siempre. Mis
dolores, mis miedos, incluso enfermedades que he pasado. Sobre todo miedos, por temor a que me tacharan doblemente de débil, porque tenía que ser la fuerte,
dar esa imagen.
P: ¿Es machista el
mundo de la poesía?
R: Muchísimo.
P: ¿En qué sentido?
R: Los hombres
que publican poesía, no todos, por supuesto, pero sobre todo el Círculo de
Madrid, es un entorno muy machista que no permite que la mujer sobresalga, no
le gusta que la mujer destaque. Y se nota. Se nota que siempre hay un destello
de cosificar a la mujer, de sexualizarla, de que si hablamos de la mujer
hablamos de sexo, o de amores imposibles, cuanto más lejos esté la mujer y se
vea a una diosa y no una compañera, mejor.
P: ¿Cuánto tiempo se
lleva gestando este libro?
R: Tres años.
Realmente no iba a ser nada, eran minipoemas que yo iba haciendo, hasta que un
día vino Javi y le encantó, hice una obra pequeña porque quería que estuviera
hilado.
P: ¿Se puede vivir de
la poesía?
R: No. Es super
difícil. Yo ahora he tenido que dejar el trabajo para dedicarme a toda la
promoción que estamos haciendo a raíz del premio. Cógete un avión a las cinco
de la mañana, vas a estar en esta radio a las siete, a las ocho en otra, y después en otro, hasta que llegas al
hotel, te vas a dormir y otra vez lo mismo. Es muy difícil, tienes que tener
una segunda profesión. Yo soy autónoma y me dedico al sector de la
inmobiliaria, me estoy permitiendo esta promoción con ahorros.
P: ¿Esperas inspirar
a mucha gente con ello?
R: Realmente, más
que inspirar, espero que no se avergüencen de sus cosas, que lo lean y digan
“yo también he pasado por esto y es real, y no pasa nada, ¿por qué tengo que
avergonzarme de que pase? ¿Dónde está la vergüenza en tener una enfermedad, en
que me hayan hecho daño, en que me haya caído al suelo?".
P: ¿Te gustaría
dedicarte solo a ello?
R: Me gustaría
trabajar con ello, es decir, tener una editorial propia, poder impulsar a gente
que no tiene tantos seguidores, porque también se está haciendo demasiado boom
del eco del número de seguidores, y un número nunca marca el talento ni la
calidad.
P: La tristeza en un
factor común de todos tus libros, ¿qué significa para ti?
R: Para mi la
tristeza es como una bala. Es un agujero en medio del cuerpo que no te puedes
tapar de ninguna manera, va a entrar por aquí un montón de aire y un montón de
mierda, y no te vas a poder tapar y, lo peor de todo, es que alguna vez
necesitas la mano de otra persona para tapártelo y no la tienes. Entonces para
mi es eso, tener un agujero enorme y que no haya manera de taparlo.
P: ¿Qué te inspira?
R: El dolor,
desde siempre. Igual que hay gente que usa el amor o el desamor. El dolor está
presente en casi todo, en las enfermedades, en el amor, en la noche, en las
muertes, en las pérdidas, en el dolor.
P: Sin embargo en
este libro no se aprecia una tristeza tan arraigada.
R: Exacto. Es una
tristeza reposada: esta tristeza ya ha pasado y debemos aprender de ello.
Contarla, porque no pasa nada, no vamos a ser más débiles, el triunfo de la
tristeza es que nos vamos a volver a levantar a andar y ya está.
P: ¿Cómo ha
evolucionado tu manera de escribir?
R: Sobre todo en la
tranquilidad. Antes escribía todo en el momento del problema, y se veía la
rabia, el enfado, una visceralidad excesiva. Ahora se ve que ya ha pasado todo
cuando estoy escribiendo, te estoy contando lo que ha pasado pero ya ha pasado,
seguirá habiendo palabras muy directas,
un “puta”, pero es porque yo hablo así. Ahora me desahogo con una
cerveza y un colega y no lanzándolo todo al libro sin pensarlo.
P: ¿Te esperabas esto
cuando publicaste tu primer poemario?
R: No. Ni de
coña.
P: ¿Ha cambiado mucho
Irene?
R: Muchísimo. Ha
pasado por muchas cosas, y lo que le quede por cambiar.
P: ¿Te afectan las
malas críticas?
R: Hubo una
temporada en que sí me afectaban, sobre todo por mi madre, que se las leía
todas y me llamaba preocupada para preguntarme si estaba bien, me cabreaba,
porque realmente me estaban insultando a mi. La gente habla de mis fans, y los
verdaderos fans son los haters. La
gente que está conmigo son mi público y la gente que me lee. El resto son haters y, cuando no están, me asusto,
¿dónde está esta gente que se sabe toda mi vida? Yo si me sé la vida entera de
alguien me asusto, porque le estás dedicando muchísimo tiempo a esta persona, el
odio es una cosa muy obsesiva.
P: ¿Qué dirías a la
gente que sí te quiere?
R: Que sean ellos
mismos. Que es un trabajo diario. Yo todavía estoy en ello y creo que estaré en
ello toda mi vida. Una vez que lo haces empiezas a respirar mejor, a dormir
mejor.
P: ¿El amor existe?
R: Existe y está
en todas partes. Tengo amor por mi madre, por mis perros, amo a mi mujer, a mi hermana, a mi cuñado, a todos mis amigos.
Lo que pasa es que lo centramos todo muchísimo en lo sentimental, en las
relaciones sentimentales, cuando el amor está en todo. Buscamos siempre lo
sentimental y, de tanto enfocarlo de esa manera, pensamos que no lo hemos
encontrado nunca, cuando realmente estamos rodeados de ello.
Veinte minutos con Irene bastan para darse cuenta de que su menuda apariencia física no es proporcional a la gran revolucionaria que lleva dentro. Una vez más, consigue emocionar con cada verso y destapa una realidad que muchas vivimos pero no siempre podemos contar. La chica no olvida requiere una lectura pausada para poder apreciar cada matiz. Es un libro feminista, transgresor y vacío de tabúes que no dejará impasible a nadie.
La chica no olvida está disponible en La Casa del Libro, Fnac, El Corte Inglés y otros puntos de venta habituales. Irene está promocionando su nuevo poemario a través de una gira por el país.


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